jueves, 22 de mayo de 2008

PROHIBIDO en este vagón

jugar perinola sin parar...

sábado, 3 de mayo de 2008

Esperando una historia

Quiero una historia de vagones que se detienen por horas y ven pasar el tiempo pacientemente. Donde no sobren los desesperados que huyan y busquen otra opción que no sea esperar.
Quiero una historia de paseos y discusiones, de chupetas y sonrisas.
Quiero una historia de cuentos y canciones.
Quiero una historia que me sorprenda desde el principio.
Quiero una historia con muchas líneas que me confundan.
Quiero una historia de madrugadas sin lluvia.
Quiero una historia donde el que duerma pierde. Y el que se duerma, duerma profundamente.
Quiero una historia que esté fuera de todo, pero que esté.
Quiero una historia difícil de entender y construir.
Quiero una historia sin terceros, una historia de dos.
Quiero una historia que te incluya, que hable de ti.
Quiero una historia con vos.

Quiero una historia...

Espacio personal

Montarse en el Metro implica olvidarse de que posees un espacio personal que los demás deberían respetar. Definitivamente hay diversas maneras de sentirse invadido. Para mí, es inevitable, recordar y conectar esto con relaciones pasadas.
Más de una vez he presenciado las demostraciones amorosas de parejitas en los vagones. El que me conozca bien, sabe que no me gustan dichas demostraciones amorosas.
A pesar de que me he ido acostumbrando (o he tratado de hacerlo), esta semana no logré soportarlo. Sinceramente no creo en eso de que “cuando estás con alguien que amas, te olvidas del mundo;” me parece una excusa un tanto ridícula y exagerada.
Probablemente soy chapada a la antigua, pero creo que debe existir un respeto, un “espacio” para cada quien y para cada cosa, donde haya chance para coquetear, para intrigar, para hablar, para verse, para ver a los demás, para no tener que salir corriendo y atropellar a medio vagón porque no te habías dado cuenta que ya llegaste a la estación.
Creo totalmente en el amor que no se tiene que publicar en los periódicos para que se considere amor, creo en lo íntimo (con todo lo que implica), creo en la individualidad, creo en crear vínculos y no dependencias, creo que existen personas que piensan igual que yo, no sé en dónde están, pero por alguna otra estación andarán.

¡Peligro! Estoy loca por Dios (30/04/2008)

Así decía la chapa que llevaba en su bolso, el cual estaba minado de unas cuantas chapas más con imágenes religiosas.
Bajita, de pelo negro sujetado en una cola, camisa verde pastel de botones hasta el cuello, blue jeans hasta la cintura y un rosario en el cuello muy acorde con su bolso. Era como una especie de vendedora de Herbalife pero religiosa.
Probablemente esté llegando tarde a esta conclusión, pero ahora la religión también es Pop… y se vende.